Friday, March 30, 2007
Sunday, March 25, 2007
Crônicas Marcianas
Encuentro nocturno (Agosto de 2002)
Aparecida por primera vez en Crónicas Marcianas.
Esta historia comienza con una conversación entre un anciano y un joven viajante, Tomas Gomez. El viejo le cuenta que vino a Marte debido a que le gusta lo nuevo y lo extraño. Hasta las cosas de todo los días se han vuelto nuevas y maravillosas en Marte, donde según el anciano todo es “tan diferente”. Dice que se siente un niño de nuevo. Finalmente se despiden y Tomas Gomez continua su viaje por una carretera marciana de 16 Siglos. A medida que se va adentrando en las colinas solitarias tiene una sensación de que “casi se podía tocar el tiempo”, casi se lo podía oler, sentir. Se va adentrando “en las colinas del tiempo” según el libro. Finalmente, se baja del automóvil y se sienta a descansar en una loma. Entonces, se encuentra con un marciano que va en camino a una fiesta. El marciano aprende inglés con sólo rozar la cabeza del viajero. Cuando Tomas le ofrece una taza de café, ésta atraviesa la mano del marciano, como si fuera un espectro. Sin embargo, el marciano también ve como un espectro a Gomez. Ambos se convencen a sí mismos de que están vivos y que el otro es un espectro. Aparte, cada uno ve el Marte al cual están acostumbrados: donde Tomas ve un montón de ruinas, el marciano ve una próspera ciudad. El marciano no ve las ciudades humanas y el viajero no ve las ciudades marcianas. Ninguno de los dos sabe si el otro procede de otro tiempo, pero Bradbury apunta a que en última instancia cualquier civilización tiene una vida fugaz. Finalmente, ambos se separan y siguen sus caminos creyendo que el encuentro con el otro sólo fue una ilusión.
Esta es la única historia larga de Crónicas Marcianas que no apareció previamente en otra publicación.